Noche de ti

Por: Dosifícame

Mi amor, mi dulce corazón, te he pensado tanto estos días, ahora mismo me pregunto en dónde estarás, en los brazos de quién descansa tu cabeza y tu frente que me gustaría besar, quién aspira de tu cuello el aroma que es tan tuyo y quién recibe de tus manos el contacto que yo tanto he extrañado, esa suave pero firme sensación de que recorres mi vida, con la yema de tus dedos. Ni siquiera son celos, te pienso en alguien más, desbordada en anhelo, porque yo sé, que aunque tocaras mi puerta de nuevo, ya no existe oportunidad para nosotros. Solo es mi amor que revienta dentro de mi pecho y me sofoca queriendo hacerme besar tu recuerdo para sentirme más cerca de ti.

Las lágrimas corren como si las persiguiera el tiempo, el que se va de entre los besos y las promesas que alguna vez dijimos, y mis rezos se vuelcan en buenos deseos y solicitudes de que incluso entre los brazos en los que te encuentres seas muy feliz.

Yo sé que un amor como el mío es muy grande y único y también sé que una persona con un objetivo y una inconformidad tan clara como las que tú tienes, negará día y noche que es todo lo que quiere; te lo dije, yo te entiendo, he estado muchas veces en ese lugar y era mi turno de perder, yo no puedo modificar algo tan especifico para encajar en tu idea de lo que yo debería ser. Me queda claro que cuando el amor es amor, uno se adapta al otro con sus fallas, sus inconsistencias, sus carencias y lo impulsa para que sin presiones, busque ir a una versión mejor, pero se le acepta y aún si no sucede, no se le deja ir. Y si no, no es amor. Eso lo entendí hace unos meses, cuando en medio del caos, no paraste. Seguiste saboteando todo para tener razón y salir de aquí.

A veces no miramos quiénes somos y lo que estamos ofreciendo y exigimos cosas que sencillamente no vamos a corresponder, pero nos cegamos por creer que habrá más oportunidades y opciones del mismo calibre de amor y compromiso. Yo solo espero que llegue alguien para ti, que tenga al menos, la suficiente confianza como para soltarse y amarte como yo te amé… como yo aún te amo.

Existes y eso es para mí un recordatorio constante de que he vivido y he sido feliz, de que también he sentido un dolor punzante e incesante que me recuerda que estoy viva, y que la felicidad y la tristeza son parte de este camino que transito ya con calma y entendiendo que soltando y volviendo a mí, disfrutaré de cada momento, incluso si este momento está lleno de melancolía y deseo de ti.

Ya no estarás en esa línea que tracé para nosotros, nuestros sueños en común serán solo frases que dijimos estando ebrios de amor; no se apagaran las luces del tiempo que compartimos porque ese no se borra, permanecerá en la historia de los dos, pero estarás en mis noches de nostalgia, en mis oraciones y agradecimientos, porque alguien que te toca de la manera en que lo hiciste tú… no se olvida, no se borra, no desaparece.

Entiendo perfectamente tu misión en mi vida, y la agradezco humildemente, pido al universo que te colocó en mi tiempo, espacio y lugar, que la persona que al final le entregues tu corazón, sepa corresponderte sin titubear, sin decirte a nada que no, sin mirar atrás.

Y que si mira hacia atrás y conoce tu historia, te ayude a sanar, a ser mejor, a estar bien, que te consuele y que te abrace todos los miedos que yo ya conozco bien; que te bese la soledad todos los días para recordarte que jamás se irá de ti y que nunca más estarás solo, que te cuente cuentos en los que el final siempre es feliz y que no se olvide de darte fuerza cuando tú pierdas la fe en ti.

Yo pensaré en ti, mi corazón, de vez en cuando, caminaré de otra mano, y me enamoraré de alguien más, mi sistema completo tendrá un efecto resiliente y te recordará poco a poco con más calma y sin tanto dolor, hasta que seas solo un recuerdo feliz, pero hoy, hoy lo eres todo, mi huracán interno de ternura y despedida, mi súplica de soltarte sin sentir que estoy cometiendo un error y la paz de reconocer que hicimos lo correcto.

Te llevo en cada paso que doy, en cada latido. Porque siempre serás mi corazón.

No me despido. No te digo adiós. Porque tenías razón, uno dice adiós solo cuando es para siempre y yo quiero que nuestra historia aunque no sea juntos, como pareja, si tenemos la fuerza y la cordura para hacerlo, nos mantenga juntos como personas, sabiendo que si un día me necesitas, estaré y viceversa.

Gracias por esa fracción de segundo en la que una decisión simple y muy pequeña nos llevó a tener esta gran historia y nos trajo hasta aquí. Fue un placer caminar de tu mano, una pequeña parte de mi tiempo. Valió totalmente la pena cada segundo y jamás me voy a arrepentir de ti.

.
Donde estés, te abrazo, mi amor.

Un comentario en “Noche de ti

Deja un comentario