A la hora del café

Por: Ricardo Flores Joya

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Esta mañana desperté digitando versos,
descubriendo los sabores suaves de gardenia
y azahares anegados en tu almohada…

Hasta ayer era mi pan tu risa,
de cada mañana, al despertar la aurora…

Era tu risa el verso que en mi aliento se enmielaba,
anidando besos en mi boca,
miel y pan sin levadura, vino verde,
y mi anhelo de tenerte;
era medusa en mi piel tu aliento
que cantaba como musa de mis versos…

A la hora del café, ayuno de tus manos…
¿Sin azúcar? preguntabas…
Y el sello de tus labios quedaba en el cristal
amargándome el aliento, para endulzarme el alma…

Hoy, a la hora acostumbrada,
llovía café en mi recuerdo;
pero tus ojos dejaron de brillar esta mañana…

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